Un maestro de origen judío contaba esta historia:
Una madre judía iba con sus dos hijos por la calle cuando se encuentra al rabino, el cual le pregunta. ¿ Que edad tienen sus niños? La madre responde: el doctor tiene 5 años y el abogado 3 años
Luego continuaba el maestro: Cuando un hombre es premiado por Dios con el regalo de un hijo, ya ha recibido un regalo tan grande que no le alcanza la vida para retribuirlo. Así que por ello, no pongas expectativas en tus hijos pues ellos no te deben nada. Dios pondrá su misión en ellos cuando sea su momento, pero tú, padre, ya has recibido tu paga, que es la confianza que Dios te dio al poner la vida de tus hijos en tus manos. Siéntete correspondido por ese gran honor.
Así que si tu hijo quiere ser astronáuta, apóyalo, y si mañana quiere ser músico apóyalo de nuevo. Y no le des consejos sobre que hacer con su vida a menos que te los pida. Quizás tu hijo sea el primer músico astronauta de la historia.
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